Manuel Pérez Lizano ha escrito un estupendo texto sobre La boca del lobo, la nueva exposición de Lina Vila en la Galería A del Arte, en el reciente boletín de la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte:
«Estamos en pleno invierno con soledades desde la radicalidad, como si el vivir quedara diluido entre árboles sin hojas, incluso algún fantasmal pino, aguas frías y agresivas montañas. Nada, pero nada, respira con cierta ilusión y los colores mortecinos, tan hermosos, cambiantes y atractivos, potencian esa impresión infinita de angustia sin fondo, ni digamos con las persistentes nieblas. La muerte como presencia natural. Entre medio, cual símbolo de vida, algunas aves rastrean quietas la posibilidad de comer, mientras que la muy enigmática y solitaria presencia humana, vía siluetas perdidas en su infinitud, camina hacia anómalos destinos. Así son los impecables paisajes de Lina Vila, tan de sensaciones y enigmas. Los lobos, en un primer plano o inmersos en pleno paisaje, muerden carroña, se acarician y gruñen al borde de cualquier pelea, bajo la condición de simbolizar una especie de constante amenaza. Lobos que aceptan la caricia femenina o que la ¿amenazan? en la sugestiva obra de un lobo que de su gigantesca boca emerge una silueta femenina…»
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