Siempreviva
Librería Ibor, del 4 de diciembre 2020 al 24 de enero 2021
Texto Siempreviva*. Librería IBOR
El comienzo de este año estuvo marcado por una parálisis creativa que duró varios meses. No podía siquiera entrar en mi estudio. Cuando pude hacerlo solo logré pintar ancianas con tinta china. Todo negro y gris. No hace falta explicar el porqué.
Cuando la librería Ibor me propuso esta exposición pensé que mi cariño hacia ellos es tan grande que no merecían ver ahora esta oscuridad, así que me propuse rescatar lo más vital que hubiera en mí y responder a su invitación con un trabajo esperanzador y que pueda llevarnos a otro lugar. Siempreviva trata de ser una exposición luminosa que aporte algo de placer, que nos lleve a un locus amoenus y a un verano feliz y que nos traiga algo hermoso al final de un año muy raro e inédito. Siempreviva son mujeres que renacen una vez más y que florecen a pesar de lo tenebroso de nuestro alrededor. Mi abuela, una de las personas más importantes en mi vida, tenía una letanía que no dejaba de repetir: “Y que vivamos. Y que no nos pase nada” Quizá nunca en mi vida he repetido tanto este mantra como en estos últimos meses.
Ha sido un año en el que el hecho de estar atrincherada me ha permitido ser mucho más consciente del cambio de las estaciones, del florecer de las plantas y también, como no, de su marchitar. He visto más flores que personas. Y ello ha influido en estas pinturas a la acuarela y al óleo: dalias, rosas y amapolas que expresan la fragilidad de la hermosura y que parecen sobrevolar un espacio negro como está siendo este tiempo para todos nosotros.
No puedo imaginar una forma mejor de acabar este año. Una exposición en mi querida librería Ibor es una alegría inmensa que espero que sea el augurio de lo bueno que está por venir.
*La siempreviva es una planta perenne con gran capacidad para superar condiciones adversas”